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miércoles, 16 de abril de 2008

Historia de los pueblos árabes


Albert Habib Hourani (1915 1993), de padres libaneses, nació en Manchester y estudió en Oxford.

Con la obra que ahora nos ocupa, este autor ha pretendido explicar toda la historia de la formación de los pueblos árabes, mostrándonos asimismo la evolución del Islam a lo largo de toda la tradición. Todo ello lo realiza de una forma minuciosa, explicando todo con gran lujo de detalles. Nos habla de un sinfín de temas, desde las leyes, la vida en sociedad, la religión, el pensamiento, el gobierno, hasta los estados y las dinastías. Constituye por tanto, este libro, un manual indispensable para lograr desenmarañar los entresijos de toda la historia del pueblo árabe y con ello llegar a adquirir los conocimientos necesarios para entender una de las culturas más extraordinarias que hoy en día existen y de este modo, poder observar cómo ha ido evolucionando hasta llegar a la gran expansión que constituye en nuestro tiempo.

En cuanto a la distribución de los capítulos dentro del libro, se aprecian cinco grandes unidades, cada una de las cuales abarca una época. En la primera se explica lo ocurrido desde el siglo VII hasta el siglo X. A lo largo de los capítulos que integra esta unidad, se narra cómo comenzó a instituirse el Islam, y nos habla de las etnias, de lo lingüístico y de lo religioso.










La segunda unidad o bloque abarca la época que comprende los siglos XI y XV. En esta época el Islam se estanca territorialmente e incluso retrocede (como en la Península Ibérica); desaparecen los califatos, sustituidos por unidades políticas menores (sultanatos, emiratos); algunas lenguas no árabes, como el persa y el bereber, recobran protagonismo. Y las disensiones internas de carácter religioso son más visibles con el renacer del chiísmo como variante local más acentuada. Así acaba esta segunda etapa, más islámica que árabe, en la que todavía no se percibe ningún contraste negativo con las sociedades cristianas.

En el siguiente bloque se nos habla de la época otomana (siglos XV-XVIII). Los turcos sustituyen a los árabes como pueblo dirigente, quedando los árabes sometidos políticamente hasta el siglo XX; el turco se convierte en lengua administrativa incluso en las posesiones periféricas (Egipto, Argel), aunque por motivos religiosos el árabe sigue teniendo vigencia oficial e influye léxicamente en la lengua de los otomanos. A pesar de esto,
en el siglo XVIII se perciben los síntomas de desarticulación en el espacio otomano: problemas internos (dificultades de control directo de las provincias periféricas, ineficacia del sistema fiscal...) y externos (inferioridad militar frente a los imperios europeos, retraso científico y tecnológico…) obligarán a la elite funcionarial a plantearse reformas que en ningún caso resultan eficaces.

Ya en la siguiente unidad llegamos a la época contemporánea, que el autor divide en dos fases: una primera (1800-1939) titulada ''Época de los imperios europeos'' y una segunda (1939-...), la ''Época de los Estados Nación''. La primera es una manifestación particular del colonialismo europeo, que tiene a su vez dos dimensiones: el dominio directo de territorios musulmanes (Argelia, Egipto, Marruecos) por parte de potencias europeas, y la influencia cultural en el más amplio sentido, así como los privilegios de tipo económico para los intereses comerciales de aquéllas.

A partir de 1939, pero más exactamente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los países islámicos recobran su independencia y se enfrentan a distintos modelos a seguir: el primero, ya puesto en práctica en Turquía tras la Primera Guerra Mundial, sería el de asumir plenamente los valores occidentales, eliminando la identidad político-religiosa del Estado. Este modelo sólo tendría un claro seguidor en El Líbano, y su posterior inestabilidad le condenaría al fracaso.
Occidentalización de las modas y costumbres en Turquía. Kemal Ataturk en el centro de la imagen.

Otro modelo buscará en el pasado las raíces de la regeneración procurando reinterpretar los principios islámicos para adecuarlos a las realidades presentes, pero volviendo a poner énfasis en el factor religioso y no en los restantes. Hourani concluye la obra explicando el nacionalismo y el integrismo árabes, y la fragilidad de los regímenes.

A todo esto cabe añadir la magnífica idea del autor de anexar en las páginas finales de la obra una compilación de mapas que son de mucha ayuda a la hora de intentar entender bien la expansión y el avance de los pueblos árabes a lo largo de la historia. Del mismo modo, son de agradecer las numerosas tablas que también añade con las que aclara muchos temas como la familia del profeta o las diversas dinastías que se han ido sucediendo a lo largo de la historia.

En conclusión, cabe resaltar que este es un libro que merece ser recomendado, ya que su autor ha logrado clarificar y desplegar todo el transcurso histórico de los pueblos árabes. Asimismo nos encontramos en esta obra con un caudal informativo de gran valor, sobre todo si tenemos en cuenta la ambición del marco cronológico (desde el siglo VII al XX) que exigiría una amplitud expositiva de varios volúmenes para poder ser algo más que un elemento de divulgación somera. De ahí el mérito del autor al sintetizar con criterios selectivos muy apropiados un material tan propenso al desbordamiento.

Albert Hourani, Historia de los pueblos árabes, Barcelona, Ariel, 1992, 423 págs.

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